Si estás construyendo una nueva PC gaming, la tarjeta gráfica es sin duda el componente más importante en el que debes centrarte. Al fin y al cabo, es la que realiza la mayor parte del trabajo pesado en lo que respecta a los gráficos del juego, así que está claro por qué debería estar en lo más alto de tu lista de prioridades.
Pero, como ocurre siempre con el hardware de los ordenadores, hay que tener en cuenta bastantes factores si quieres encontrar la mejor tarjeta gráfica para tus necesidades, desde el rendimiento hasta la compatibilidad.
Por eso, en esta guía, abordaremos las preguntas más comunes que pueden tener los que son nuevos en la construcción de PCs, y si crees que te encuentras entre esa multitud, ¡sigue leyendo!
GPU vs Tarjeta Gráfica – ¿Cuál es la Diferencia?
En primer lugar, habrá notado que los términos «GPU» y «tarjeta gráfica» se utilizan a menudo de forma aparentemente intercambiable, pero no son lo mismo.
¿Y cuál es la diferencia?
Bueno, GPU significa «unidad de procesamiento gráfico«, y se refiere específicamente al chip gráfico en sí. Actualmente, Nvidia y AMD son los dos principales proveedores de GPU.
Sin embargo, la tarjeta gráfica no se refiere sólo al chip. También incluye la placa de circuito impreso, la memoria, el cooler, los elementos de diseño exterior y los conectores.
Ahora bien, al comprar una tarjeta gráfica, siempre existe la opción de comprarlas directamente a Nvidia y AMD. Sin embargo, la mayoría de las tarjetas gráficas son fabricadas por empresas asociadas como Asus, Gigabyte, MSI, EVGA, Sapphire y otras.
Dicho esto, si bien un fabricante de tarjetas gráficas puede alterar prácticamente cualquier aspecto de una tarjeta gráfica, no puede modificar la GPU en sí, lo que significa que una RTX 3070 es una RTX 3070, sin importar en qué PCB la instale el fabricante o con qué tipo de solución de refrigeración la monte.
Y ahora que hemos hecho esta importante distinción, es hora de entrar en el tema principal, y es encontrar la tarjeta gráfica ideal.
Buscando la GPU Adecuada
Rendimiento
A la hora de encontrar la GPU que mejor se adapte a tus necesidades, debes responder a dos preguntas clave: ¿a qué resolución quieres jugar y qué velocidad de fotogramas esperas conseguir?
La resolución indica el número de píxeles que se muestran en pantalla, y cuantos más píxeles haya, más realista y detallado será el juego. En 2021, 1080p (FHD), 1440p (QHD) y 2160p (4K) son resoluciones populares para gaming, pero jugar a una resolución más alta requiere más potencia de procesamiento. Por ello, cuanto mayor sea la resolución, menor será la velocidad de fotogramas.
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En general, las últimas GPUs de gama media pueden manejar QHD a más de 60 FPS e incluso 4K a 30-60 FPS. Sin embargo, el rendimiento puede variar enormemente de un juego a otro dependiendo de su nivel de exigencia y optimización. El lado positivo es que sólo tienes que hacer una rápida búsqueda en Google para descubrir qué tipo de rendimiento puedes esperar de una GPU concreta.
La velocidad de fotogramas, es decir, los fotogramas por segundo (FPS), indica el número de fotogramas que la tarjeta gráfica puede renderizar y enviar a la pantalla cada segundo, como su nombre indica. Más fotogramas equivale a una experiencia de juego más fluida y sensible, así que es fácil entender por qué algunos jugadores (especialmente los que se centran en el multijugador competitivo) dan prioridad al rendimiento y la fidelidad de los gráficos en segundo plano.
Así que, aunque el jugador promedio probablemente esté más que contento con unos 60 FPS estables, algunos inevitablemente querrán apuntar aún más alto, que es donde entran los monitores con altas tasas de refresco. Básicamente, el monitor o televisor promedio puede mostrar un máximo de 60 fotogramas por segundo, así que si quieres más, tendrás que invertir en un monitor de juegos de 144 Hz o 240 Hz.
Si desea conocer más detalles sobre los monitores, le sugerimos que consulte nuestra guía de compra de monitores, en la que respondemos a más preguntas sobre este tema y le sugerimos algunas selecciones muy buenas si también está pensando en adquirir un monitor próximamente.
VRR
Hablando de monitores, también está la cuestión del VRR.
Al igual que las velocidades de fotograma, VRR (variable refresh rate) está vinculada al monitor, así que ¿Qué es y para qué sirve?
Cuando se trata de monitores con altas tasas de refresco, inevitablemente utilizan la tecnología VRR para que la experiencia de juego sea fluida y no se produzca stuttering. Hoy en día, encontrarás monitores gaming equipados con AMD FreeSync o Nvidia G-Sync.
Estas tecnologías fueron desarrolladas por AMD y Nvidia respectivamente, y ambas tienen sus pros y sus contras. Si quieres, puedes leer el artículo completo sobre ese tema aquí, pero aquí está lo esencial:
- FreeSync es de código abierto y más barato de implementar, por lo que puedes encontrarlo en una gama más amplia de monitores, incluyendo algunos notablemente asequibles. Sin embargo, los monitores FreeSync admiten un rango de frecuencias limitado, y estos se enumeran en el sitio de AMD.
- G-Sync, a diferencia de FreeSync, es una tecnología propia de Nvidia, por lo que es más cara de implementar, lo que significa que los monitores G-Sync suelen ser bastante más caros que sus homólogos FreeSync. Sin embargo, lo compensan con un rendimiento más estable y algunas características adicionales.
Además, está la cuestión de la compatibilidad. Hasta hace poco, FreeSync sólo era compatible con las GPUs de AMD, mientras que G-Sync sólo lo era con las GPUs de Nvidia. En la actualidad, la situación es un poco más complicada, ya que algunos monitores FreeSync están certificados como «compatibles con G-Sync», lo que significa que pueden admitir la sincronización adaptativa cuando se utilizan con una GPU Nvidia, pero no tienen acceso a todo el conjunto de funciones de G-Sync.
Por el momento, las GPUs de AMD no son compatibles con G-Sync, pero eso podría cambiar pronto, ya que, según se informa, Nvidia hará que G-Sync sea más accesible para los consumidores que no tienen GPU de Nvidia.
Ray Tracing
Una de las principales novedades que encontrarás en todos los debates sobre gráficos actuales es el ray tracing. ¿Y qué ofrece esta función?
Básicamente, traza las trayectorias de los rayos de luz individuales en el juego para crear reflejos e iluminación extremadamente realistas. Hasta hace poco, era una función exclusiva de las GPUs Nvidia RTX y tenía algunos inconvenientes importantes que la hacían parecer más un truco que una función importante. Principalmente, era muy exigente y podía provocar enormes caídas de FPS, por no mencionar que no muchos juegos la implementaban bien.
Ahora, AMD ha añadido el ray tracing a su arsenal con la nueva línea de GPU RX 6000 basada en RDNA2, además de que las nuevas consolas Xbox y PlayStation utilizan GPUs RDNA2, por lo que el ray tracing se está convirtiendo en una función mucho más accesible y generalizada.
Esto significa que los desarrolladores van a empezar a centrarse más en el ray tracing, pero Nvidia sigue teniendo ventaja en lo que respecta al rendimiento del ray tracing gracias al DLSS.
Buscando la Tarjeta Gráfica Ideal
Una vez que hayas decidido qué GPU vas a comprar, el siguiente paso es elegir la tarjeta en sí. Ahora bien, como ya hemos dicho, aunque Nvidia y AMD son las que fabrican los chips, es decir, las propias GPUs, sus socios son los que fabrican y venden la mayor parte de las tarjetas gráficas que se pueden comprar hoy en día.
Y en esta sección, repasaremos todos los factores que pueden variar de una tarjeta a otra.
Diseño
En primer lugar, está el diseño y la estética de la tarjeta. Por supuesto, si eres un jugador que prefiere la funcionalidad a la forma, esto no te importará en absoluto. Sin embargo, con el aumento de la popularidad de las carcasas translúcidas, es obvio que los fabricantes de hardware dan más importancia a la estética que antes.
Cuando hablamos de diseño de tarjetas gráficas, nos referimos normalmente al diseño de la cubierta, el diseño del backplate (si la tarjeta tiene una) y la iluminación RGB.
Como es de esperar, los fabricantes quieren que sus productos se distingan de los de la competencia, por lo que las diferentes tarjetas gráficas pueden venir con diferentes elementos de diseño que las distingan de la competencia.
En el pasado, las empresas solían incluir detalles de colores que funcionaban como una especie de firma del fabricante, por ejemplo, las tarjetas de Gigabyte tenían color naranja y las de Zotac tenian color amarillo. En 2021, sin embargo, los fabricantes suelen optar por un diseño general neutro para garantizar que sus tarjetas puedan encajar en el mayor número posible de PCs en lo que respecta a la estética.
Por supuesto, eso no significa que el color haya desaparecido por completo. En cambio, queda relegado al RGB, que es muy superior a las calcomanías estáticas. La posibilidad de personalizar la iluminación RGB permite que la tarjeta se adapte a prácticamente cualquier configuración, así que es fácil entender por qué es una característica tan popular no sólo entre las tarjetas gráficas, sino también entre otros componentes y accesorios gaming.
Además del RGB, los backplates también se han convertido en una parte bastante común del diseño de las tarjetas gráficas modernas, ¿para qué sirven?
En su mayor parte, los backplates ayudan a sostener la tarjeta, es decir, evitan que el PCB se doble bajo el peso del cooler, además de facilitar la limpieza de la parte posterior de la tarjeta. Sin embargo, la estética es el principal atractivo de los backplates, ya que, obviamente, son mucho más agradables de ver que la parte trasera de una PCB.
Además, algunos backplates vienen con pads térmicas que les permiten funcionar como disipadores de calor, pero la mayoría de los backplates no suponen realmente una gran diferencia en lo que respecta a la refrigeración.
Tamaño
Algo que también notarás al comprar una tarjeta gráfica es que no todas tienen el mismo tamaño. Algunas parecen bastante pequeñas, mientras que otras parecen enormes ladrillos que hacen que las tarjetas gráficas de tamaño estándar parezcan diminutas en comparación.
Entonces, ¿Qué pasa con eso?
Bueno, como ya hemos establecido, el fabricante es el que diseña la placa de circuito impreso, y hay varias buenas razones por las que las tarjetas gráficas «mini» son una cosa.
En primer lugar, tienden a ser ligeramente más baratas, ya que requieren menos material para su fabricación, y en segundo lugar, pueden caber dentro de cajas de factor de forma pequeño y cajas de GPU externas.
Sin embargo, las tarjetas gráficas más pequeñas tienen una advertencia: su refrigeración es menos eficiente.
Naturalmente, debido a su pequeño tamaño, las tarjetas gráficas compactas están equipadas con disipadores más pequeños y suelen estar refrigeradas por un solo ventilador. El resultado son temperaturas más altas, más ruido y un potencial de overclocking limitado.
En cambio, las tarjetas más grandes suelen parecer más grandes porque vienen con un disipador más grande que mejora la eficiencia de la refrigeración y permite al fabricante instalar también un cooler de triple ventilador, pero más adelante hablaremos de ello.
En definitiva, una tarjeta gráfica compacta puede ser una buena compra si se trata de ahorrar o si simplemente se busca una tarjeta gráfica para instalarla en una caja Mini ITX o utilizarla como GPU externa. Por otro lado, una tarjeta más grande probablemente tendrá una mejor refrigeración y generará menos ruido, aunque tendrás que asegurarte de que puede caber en tu caja.
Refrigeración
Ahora que hemos tocado el tema de la refrigeración, vamos a analizarlo más detenidamente.
En resumen, las tarjetas gráficas modernas utilizan uno de los tres tipos principales de refrigeración: aire libre, blower y líquida.
La refrigeración al aire libre es, con mucho, la más común y la que mejor se adapta a la mayoría de las PC gaming. Las tarjetas gráficas refrigeradas de este modo cuentan con un disipador abierto y entre uno y tres ventiladores que empujan el aire a través de él.
Como ya se ha mencionado, un solo ventilador puede ser suficiente para mantener una tarjeta gráfica funcionando a temperaturas aceptables, pero en última instancia conduce a una mayor generación de ruido. Por ello, las tarjetas de doble y triple ventilador suelen ser una mejor opción, a no ser que busques específicamente una tarjeta compacta o que andes realmente escaso de dinero y estés dispuesto a conformarte con la más barata que puedas conseguir.
Las tarjetas gráficas refrigeradas por blower son menos comunes, y hay una razón para ello. Estas tarjetas tienen un disipador cerrado y dependen de un único ventilador que aspira el aire frío y expulsa el aire caliente directamente fuera de la caja.
Esto ayuda a evitar la acumulación de calor dentro del case, lo que puede ser bueno para las cajas más pequeñas o las workstations con varias GPUs, pero las tarjetas con refrigeración por blower tienden a funcionar de forma mucho más ruidosa y caliente que las equipadas con un cooler al aire libre, por lo que es comprensible que no sean tan populares.
Los coolers líquidos, al igual que los blowers, están lejos de ser la corriente principal, aunque por una razón diferente. Si bien pueden ofrecer una eficiencia de refrigeración sin precedentes -y potencialmente con una menor generación de ruido-, son prohibitivamente caros y sólo merece la pena utilizarlos con GPUs de gama alta si tienes intención de hacer overclocking con la tarjeta y quieres llevar el hardware a sus límites.
Overclocking
Ahora que hemos tocado el tema del overclocking, deberíamos hablar también de él con más detalle. ¿Qué importancia tiene el overclocking en las GPUs?
Bueno, la respuesta es: no mucho, al menos no para el gamer promedio.
La razón es sencilla: no es posible exprimir una cantidad significativa de rendimiento adicional de una tarjeta gráfica de esta manera.
Mientras que las tarjetas gráficas de gama alta equipadas con refrigeración líquida de calidad pueden ofrecer mejoras de rendimiento muy notables, la velocidad de reloj media de las tarjetas gráficas refrigeradas por aire sólo puede aumentarse hasta cierto punto, normalmente entre un 5 y un 10%. Como es de esperar, el aumento de rendimiento que esto supone es bastante insignificante, sobre todo cuando se trata de GPUs económicas y de gama media.
Ahora, sabiendo esto, te preguntarás: ¿por qué preocuparse de si la tarjeta tiene un buen cooler?
Pues bien, la respuesta a esto también es sencilla: una menor generación de ruido, temperaturas de carga más bajas y una mayor longevidad son razones por las que se puede querer adquirir una tarjeta con un cooler mejor, y a menudo es una buena idea hacerlo.
Memoria
Como ya hemos dicho, cada tarjeta gráfica viene con su propia VRAM, pero ¿Qué hay que tener en cuenta aquí?
Pues bien, la memoria de vídeo es un asunto bastante sencillo en la actualidad, ya que la capacidad es lo único que realmente debe preocuparte. La mayoría de las tarjetas gráficas modernas vienen con 4, 6 u 8 GB de VRAM, y aunque 4 GB siguen siendo viables para jugar a 1080p, 6 u 8 GB son imprescindibles si pretendes jugar con texturas de alta resolución o a resoluciones más altas, es decir, 1440p o 4K.
En 2021, las tarjetas gráficas más recientes incorporan una memoria GDDR6 que ofrece aproximadamente el doble de velocidad de transferencia de datos que la GDDR5, por lo que, a menos que te cueste mucho dinero y estés pensando en adquirir un modelo más antiguo para ahorrar, probablemente no sea una buena idea si quieres una construcción más preparada para el futuro y/o tienes la intención de jugar en alta resolución.
Conectividad
Hemos mencionado que los fabricantes son los que deciden qué puertos y cuántos de ellos tendrá la tarjeta gráfica, así que ¿a qué debes prestar atención en este aspecto?
Hay tres conectores principales que encontrarás en las tarjetas gráficas hoy en día: HDMI, DisplayPort y Dual Link DVI-D.
El DVI es el conector más antiguo del grupo, y el Dual Link DVI-D es su iteración más reciente que todavía puede verse en algunos monitores y gráficas, ya que puede soportar tanto 1080p como 1440p a una tasa de refresco de 60 Hz. Dicho esto, aunque todavía es viable en 2021, está lejos de ser la opción ideal.
El HDMI es, con diferencia, el conector más común hoy en día, que se encuentra tanto en los televisores como en los monitores, y es probable que te encuentres tanto con el HDMI 1.4 como con el HDMI 2.0. Y en qué se diferencian ambos?
Las principales diferencias se reducen a las resoluciones y tasas de refresco soportadas, es decir, HDMI 1.4 sólo soporta 1080p a 144 Hz, 1440p a 75 Hz y 4K hasta 30 Hz, mientras que HDMI 2.0 puede hacer 1080p a 240 Hz, 1440p a 144 Hz y 4K a 60 Hz. Además de eso, HDMI 2.0a y HDMI 2.0b también añadieron soporte para HDR, y HDMI 2.0b es la versión del puerto que verás en el hardware más reciente.
Afortunadamente, HDMI 2.0 también es compatible con HDMI 1.4, pero tanto la tarjeta gráfica como el monitor deben tener un puerto HDMI 2.0 si se desea aprovechar al máximo las características de la nueva tecnología.
A continuación, tenemos el DisplayPort, que es un elemento básico de los monitores modernos para gaming, y es el que probablemente acabará utilizando.
Al igual que con HDMI, hoy en día puedes encontrar dos versiones de DisplayPort: DisplayPort 1.2 y DisplayPort 1.4.
El antiguo puerto 1.2 puede soportar 1080p a unos impresionantes 240 Hz y 1440p a 144 Hz, además de soportar 4K hasta 75 Hz. Sin embargo, el nuevo puerto 1.4 lleva las cosas aún más lejos, ya que puede llevar 1440p hasta 240 Hz y 4K a unos impresionantes 120 Hz.
Pero no todo son tasas de refresco altas: DisplayPort 1.4 es también la única tecnología que admite actualmente Nvidia G-Sync, y también admite HDR, a diferencia de DisplayPort 1.2.
Al igual que con HDMI, DisplayPort también es compatible con versiones anteriores, pero tanto la tarjeta gráfica como el monitor tendrían que tener los puertos apropiados si quieres aprovechar al máximo el conjunto de características de la versión más reciente.
Por último, también debemos mencionar el USB-C, ya que algunas tarjetas gráficas de gama alta ahora también vienen con este puerto cada vez más popular, y es algo a tener en cuenta si tienes la intención de utilizar gafas de Realidad Virtual en tu PC.
En cualquier caso, tanto HDMI como DisplayPort son viables para gaming en 2021, pero los gamers que se preocupan por el rendimiento, comprensiblemente, prefieren DisplayPort.
Conclusión
Y así, eso sería todo cuando se trata de todos los factores importantes que debe tener en cuenta al elegir la tarjeta gráfica adecuada para sus necesidades.
Si estás comprando una ahora mismo, te sugerimos que eches un vistazo a nuestra completa guía de compra de tarjetas gráficas si quieres echar un vistazo a las que, en nuestra opinión, son las mejores GPUs gaming del momento.